El convento de San Francisco fue fundado el 17 de mayo del año 1272. Posteriormente, en el siglo XIV se constituyó la iglesia, sus obras se alargaron durante todo el siglo, hasta que fue consagrado por el Obispo de Tortosa, Huc de Llupia.

De su construcción destaca el aula capitular con bóveda de crucería, que se encuentra entre las dependencias más relevantes del conjunto. La iglesia es de una sola nave, con capillas laterales, el aula cuadrada y con pinturas murales góticas.

La Puerta de Sant Miquel es la más monumental de todas. Está flanqueada por dos torres prismáticas y es el actual acceso a la ciudad. Está decorada con escudos de la Corona de Aragón y de Morella.

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